Falafel
- Beatriz
- 5 abr 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr 2020
Anoche al sacar a descongelar el pan para hoy, encontré olvidado un paquete de molletes de Marchena de la panadería El Chispa, que compré hace unas semanas en una feria de muestras de la provincia de Sevilla. Acostumbrada a los molletes de Écija -que bien merecen una Indicación Geográfica Protegida-, me sorprendió la ligereza de los de Marchena. Y seguramente esto sea el resultado de sustituir la manteca de cerdo de los molletes ecijanos por aceite de oliva. Diferencias aparte, lo cierto es que al verlos pensé en preparar una receta con ellos, que no fuera el típico mollete de desayuno o montadito. Buscando en mi memoria gastronómica sabores/formas similares, me vino a la cabeza el pan de pita, e inmediatamente después, los falafels - una especie de croqueta a base de garbanzos. Los descubrí hace unos años en Lyon, donde hay una cadena de comida rápida, Yaafa, que te permite crear tu propio acompañamiento al gusto o -para los indecisos- elegir una de las fórmulas fijas/semanales ya existentes. Aquí en España no he encontrado nada parecido, y la verdad es que no son nada difíciles de preparar...tan solo hay que acordarse de poner los garbanzos en remojo la noche anterior.
Material:
Para esta elaboración necesitaréis: una batidora, una sartén, un bol grande, papel filml, papel absorbente.
Ingredientes (2 p):
1 taza de garbanzos secos (dejar en remojo 12-24h)
Unas ramitas de perejil
Unas hojitas de hierbabuena/menta
3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada de zumo de limón
1 cucharadita de comino molido
1 cucharadita de sal
Pimienta
¼ de cebolla
Pan rallado
Aceite de oliva
(opcional) 1 cucharadita de jengibre
(opcional) 1 cayena
Mollete de marchena/pan de pita
(versión rápida) 1 bote de garbanzos cocidos
Para acompañar (idea):
Tomate cherry
Hojas de lechuga/espinacas
Pepino
Yogur
Cebolla
Aceitunas negras
...
Elaboración (30 min):
Para la versión rápida, pasar directamente al paso 2.
Poner los garbanzos en remojo. También se pueden utilizar garbanzos en conserva, aunque el resultado no es tan bueno.
Triturar un poco. Añadir el resto de ingredientes (comino, sal, perejil, menta, zumo de limón, tahini, cebolla, sal, pimienta y las 3 cucharadas de aceite de oliva) y seguir triturando hasta obtener la textura deseada. A mi me gusta que queden algunos trocitos de garbanzo, pero como siempre, es cuestión de gustos. Probar la mezcla y rectificar de especias si es necesario. Pasar la mezcla a un bol, cubrir con film y dejar reposar 30 min en el frigorífico.
Mientras tanto, preparar los ingredientes del relleno. Al ser una masa frita, lo mejor es combinarla con ingredientes frescos como el tomate, la lechuga… aunque si estáis faltos de ideas, siempre podéis echar un vistazo a la web de Yaafa (http://www.yaafa.fr/reservations/recettes/ ) para inspiraros.
Formar bolas del tamaño deseado (incluso se puede hacer una hamburguesa) y rebozar con pan rallado. Lo mejor para este proceso es poner el pan rallado en un plato hondo e ir introduciendo las bolas una a una, moviéndolas de un lado a otro con la ayuda de las manos.
Cubrir el fondo de una sartén de aceite y calentar a fuego medio. “Freír” las bolas, ir dándoles vueltas a medida que se van tostando por los lados. Escurrir sobre papel absorbente.
Es el momento de preparar el mollete/pan de pita. Aquí hay dos escuelas: una que prefiere abrir el mollete/pan de pita y tostarlo por ambos lados y la otra que lo deja sin abrir para que se condense el vapor en el interior y el exterior se quede crujiente. Ambas son válidas, aunque personalmente me quedo con la segunda.
Rellenar con los falafel y los ingredientes elegidos.
Para beber, lo cierto es que siempre lo he tomado con alguna cerveza rubia o limonada, pero quizás también funcione con un vino blanco afrutado tipo Riesling.
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